Las hormigas, a pesar del poco interés que suelen suscitar, tienen una enorme importancia en los ecosistemas. Una de las especies más extendidas, la hormiga argentina, causa graves problemas tanto en entornos humanizados como en el medio natural.
Son de color marrón a marrón oscuro y miden aproximadamente 1,2 mm. Son muy adaptables y las colonias suelen ser grandes pudiendo hacer su nido en cualquier parte.
Se le considera una plaga o especie invasora porque ataca y destruye colonias de especies nativas de los sectores que habita, además que se dedica a la crianza de áfidos, de los cuales extrae una sustancia azucarada como alimento. Los áfidos se alimentan de plantas por lo tanto son perjudiciales para la agricultura.
La hormiga argentina está incluida en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.
Una de las principales características de L. humile es ser poligínica, es decir tener varias reinas (a veces cientos) dentro de un mismo hormiguero, por consiguiente los niveles de crecimiento poblacional son muy elevados. Las reinas ponen entre 20 y 30 huevos diarios en condiciones ideales. Se calcula que pueden llegar a vivir hasta 5 años.
Contrario a otras especies, las hormigas argentinas no poseen el rango de soldados. Todas las hormigas argentinas tienen el mismo tamaño y viajan a través de caminos bien definidos entre su red de hormigueros y sus fuentes de comida. Se alimentan de frutas frescas, brotes de plantas, dulces, néctares, carnes, azúcares y comidas grasosas que encuentran dentro de las casas y/o instalaciones.
La hormiga argentina mata otros insectos e invade los hogares de los seres humanos. Con el tiempo los nidos interconectados pueden llegar a convertirse en una infestación. Cada colonia de esta hormiga puede contener millones de individuos.